Opiniones

El primer día

Cada mes tengo un primer día, el cual siempre es muy doloroso.

Para mí no existe la comunión ni el romanticismo con este hecho primario e innato de mi sexo, mucho menos cuando ya se va acercando el momento de que llegue.

Quisiera abrazarme a eso que me hace «mujer«, que es natural y representa muchas cosas. Pero no, es doloroso y molesto de tantas maneras que no me da la gana de tirarle flores. Este sentir no me lo impusieron, es el fiel testimonio de lo que yo he experimentado.

Muchos de los procesos naturales que tiene que pasar una mujer son dolorosos: el desarrollo, la menstruación, el embarazo, el parto, la lactancia, la menopausia. Y todo esto lo vive montada en una montaña rusa de emociones bajo la mirada fija de otras mujeres y por supuesto de hombres.

Estos dolores «naturales y maravillosos», vienen del hecho de que somos o fuimos fértiles (palabra más hermosa), me rompen los ovarios (qué expresión tan curiosa he elegido para este sentir, pero es así).

Vivo disculpándome conmigo misma y con los demás por mis constantes cambios de humor en esos días, por mi malestar premenstrual que me imposibilita pues «es solo la regla tampoco es para tanto».

La verdad es que no sé cómo será ese primer día para las demás mujeres pero para mí es matador.

*¡Advertencia! A continuación viene una descripción de dolencias si le molestan este tipo de detalles es momento de dejar de leer*

Mi periodo se traduce en: dolores fuertes de vientre, de coxis y de cabeza que me impiden seguir mi ritmo de vida. Vamos a sumarle que me inflo como un globo, ganas constantes de ir al baño, senos a reventar, frecuentes diarreas y bajones intensos (que si estornudas o toses pierdes). De esta forma tan bonita me recuerda nuestra biología que poseo el don de la vida en mi útero.

¡Presión! ¡Presión! ¡Presión!

¿Qué usas para evitar la vergüenza de mancharte de tu propia sangre? ¿COMPRESAS, TAMPONES, COPAS O BRAGAS ESPECIALES? Piénsalo muy bien porque alguien te puede mirar mal.

Quisiera ser tan feliz como las chicas de los comerciales que ofrecen estos productos.

¿Y si no quiero usar nada y solo quiero estar en casa y desnudarme?

¡Maldita sea todo!, no me digas que ser mujer es fácil no me importa si tú eres una.

Fabiola Ferrer